… Las personas conectamos como lo hacen ciertos átomos, como lo hace la luna al atraer el agua de los océanos provocando las mareas… esta fantástica conexión que establecemos con ciertas personas a lo largo de nuestra vida quizá nos lleve hacia un destino puntual, formando parte de un proceso de crecimiento donde permitirnos aprender, compartir, ayudar y ser ayudadas dejando una huella emocional imperecedera en corazones ajenos al nuestro…. coincidir con alguien es maravilloso, pero “conectar” es mágico…
………………….
No quiero suplicarte, no quiero ni intentar
regresarte, no lo quiero. Me engañaría y tú también. Ni siquiera pretendo que
sientas cómo me siento, porque no podrías, ya te has alejado, ya te has
colocado fuera de mí, a tu elección.
Sí
quiero hablarte, como si estuvieras sentado a esta mesa frente a mí, quiero
mostrarte mi duelo, quiero compartirlo aunque sea un tanto así. Compartir mi
desdicha, con la persona que la ha causado, pero sin culpar. No hay culpara
para el desamor, para la desatención, porque es desamor, no? Es así como lo
entiendo yo porque no ha habido nadie más, porque no me fuiste infiel, no,
porque no has dejado de amarme, no, porque sé que ocupo tu alma.
Fue
aquel Camino “iniciático” como lo llamabas tú, sí, aquel Camino que te devolvió
a mí del revés. Cuando empezaste a hablar de responsabilidades y dependencias y
de que querías liberarte, y a la vez, que yo siguiera aquí contigo. Fue ahí,
¿recuerdas? Cuando empecé a no entenderte, cuando empecé a sentirte lejos
porque tú marcabas la distancia con esas “ataduras” que tú trajiste del Camino.
Cuando empezaste diciéndome, no quiero que me necesites, no quiero que dependas
de mí, ni yo tampoco quiero necesitarte ni depender de ti. Cómo me acostumbré a
ti, cómo daba por hecho que la vida iba a ser en tu compañía, no la imaginaba
de otra manera ni tú tampoco. Cómo tú ya eras yo, y te trataba y te hablaba con
el mismo descaro que a mí misma, y tú también.
Mira bien dentro de mí, y de ti. Piensa, ¿no ves infelicidad? No ves lo que ha causado a los dos. Dices que lo ves, sí, y que ya no puede ser de otra manera porque tú ya no eres el mismo que hace unos meses, y que sientes lo que nos está pasando, y que ojalá no hubiera pasado, y que estás seguro, para ser sincero, de que ya nada volverá a ser como antes era. Y que hasta te duele y te duele mucho…, pero es así. Y yo, cada vez me entiendo y te entiendo menos, y de qué serviría si lo entendiera, solo sé que me duele y me duele tanto que no me deja estar, que no me deja ser, y no me deja vivir y no puedo retroceder ni eliminar esos meses del Camino. Si pudiera hacerlos desaparecer… Sabes…, ¿sabes que la Luna ya no me parece tan bonita? Ya no la miro. He dejado de mirarlo todo… Todo se me hace intrascendente, todo, todo lo que no seas tú……….
Camino de Santiago….
qué poco sabía yo de los efectos del Camino, no sabía nada.
……………………………………..
(soledad intelectual) V.S.
Una conexión basada en la alegría, la ternura y la complicidad, relaciones honestas que dan tiempo de calidad y la percepción del bienestar y la satisfacción personal a mayor intensidad. Se experimenta además un mayor bienestar psicológico. Coincidir en la vida con alguien que te haga crecer; te enseñe, te ayude, te apoye, es encontrarse con una forma más satisfactoria de convivencia., referencias con las que construir un sentido de intimidad muy profunda donde esperamos no ser traicionados y donde se atesoran experiencias, recuerdos y promesas que ni el tiempo ni la distancia podrán destruir.. (No como una conquista o invasión)